Global Research
- “Palestina es un pueblo, una cultura y una nación que ninguna fuerza puede negar ni oprimir por muy poderosa que afirme ser; cuanto más oprimas a un pueblo, más se alzará con determinación, previsión y poder para buscar la libertad de la ocupación extranjera y de la esclavitud de unos pocos.
- Se espera que la votación tenga lugar el 20 de septiembre. Sería demasiado confiar en que EEUU haga lo que sabe que es lo correcto y vote ‘sí’ o que sea un intermediario honesto y se abstenga. Todo lo más que podemos esperar es que EEUU e Israel sean parte de una minoría muy pequeña que vote ‘no’. Ese tipo de voto fortalecerá a los palestinos y quizá asuste lo suficiente a Netanyahu para que pueda negociar con un poco de buena fe. Pero si así no fuera, las Naciones Unidas habrán declarado que los palestinos son también un pueblo; un pueblo con derechos, incluido el derecho a la soberanía plena en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental. En ese momento, la suerte está echada. La ocupación está terminando, confío, antes de que Netanyahu le haga mucho más daño… a Israel.” (M J Rosenberg: “The Disaster Known as Netanyahu”, 2.9.2011)
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Acudiendo a la voluntad y a un sentido correcto de la comprensión del tiempo y de la historia, hay problemas que pueden resolverse sin acudir a la violencia y al baño de sangre. Palestina es una de esas cuestiones políticas y catástrofes humanitarias que esperan una solución viable desde 1948. El sector árabe la ha descuidado, la comunidad mundial la ha abandonado mientras el pueblo palestino ha continuado viviendo como refugiado en sus hogares, paralizado por todas las violaciones políticas, económicas y sociales de las identidades humanas, un pueblo al que se ha obligado a vivir por debajo de los medios de vida de los seres humanos y las condiciones normales y corrientes. No hay muchos políticos globales dispuestos a resolver la cuestión de la libertad de Palestina, pero sí demasiados a hablar de ello para salvar políticamente la cara.
Justo hace un año, en la Asamblea General, al Presidente Obama se le hizo saber que al año siguiente Palestina podría ser una nación miembro libre que se sentaría en la ONU. Los israelíes y otros implicados directamente en el diálogo pacífico con los palestinos reforzaron propuestas similares en diversos foros internacionales y mesas de negociaciones. ¿Porqué EEUU e Israel se oponen tan categóricamente a que los palestinos establezcan una patria independiente en su propia tierra?
M J Rosenberg (“The Disaster Known as Netanyahu”, Free Thought Manifest, 2.9.2011) señala las nuevas realidades que se derivan del círculo oficial israelí:
- “La maquinaria propagandística de Israel lo haría de otra manera. Insiste en que los palestinos, y los árabes y musulmanes de todo el mundo que les apoyan, no se preocupan realmente por la ocupación. Su objetivo, se nos dice constantemente, es destruir a Israel. La prueba, insisten es que ‘los palestinos nunca han reconocido el derecho a la estatalidad de Israel’.”
- “El sionismo no es sólo el nacionalismo judío que creó un estado en el corazón árabe a partir sobre todo del terrorismo y la limpieza étnica. Es también una mentalidad patológica. En la equivocada mente sionista, el mundo fue y será siempre anti-judío. Postula que el Holocausto II (código de otro gran cambio contra los judíos) es inevitable. Prosigue diciendo que no puede haber límites a lo que el sionismo pueda hacer para preservar un Gran Israel dotado de armas nucleares como refugio o último recurso de todos los judíos de todas partes cuando el mundo se vuelva contra ellos… Pero he ahí que la realidad continúa abofeteando a todo el mundo: el sionismo y la paz son incompatibles. Lo repetiré: el sionismo y la paz son incompatibles.”
- “La diplomacia israelí ha llegado a un punto de inflexión. Desde ese punto de vista, en vez de abordar las fracasadas conversiones directas, Israel pondrá en marcha una serie de acciones diplomáticas contra la iniciativa palestina que intenta que el Consejo de Seguridad de la ONU reconozca a un estado palestino independiente dentro de las fronteras anteriores a 1967. Esa decisión consideraría a Israel como invasor y ocupante, preparando el camino para una serie de medidas contra Irael. Obama podría echar por tierra el proceso ejerciendo el veto estadounidense. ¿Lo haría? ¿Y a qué precio?”
Tratemos tan sólo de ver los hechos reales en un contexto comparativo para conseguir tener una idea mejor de los problemas. Los israelíes han planificado objetivos, prioridades, instituciones para perseguir los objetivos, disponen de dirigentes comprometidos y redes por todo el planeta para conseguir apoyos, difundir sus perspectivas y hacer cuanto puedan para conseguir sus objetivos y prioridades políticas. No importa quién llegue al poder en Israel, ningún objetivo y actuación se desvía de su agenda política si no es para reforzarla y cristalizarla. A menudo los dirigentes estadounidenses actúan como madres adoptivas para proteger los intereses nacionales israelíes a costa de ignorar sus propios intereses estratégicos. Eso es hacer política y funciona bien en EEUU, donde congresistas y senadores reciben contribuciones financieras de los miembros de los lobbys judíos. Nadie lo considera una táctica absurda de tráfico de influencias o algo ilegal o una intervención inoportuna en el funcionamiento del sistema político estadounidense. El dinero compra a la gente y se comercia con intereses mutuos. La mayoría de los políticos de EEUU no se atreven a desafiar las posiciones y puntos de vista israelíes. Y hacen su trabajo fielmente.
¿Han visto alguna vez a un dirigente árabe apareciendo en público y musitando unas cuantas palabras convenientes a favor de la libertad palestina? ¿Han oído a algún grupo de los lobbys árabes trabajar en beneficio de la libertad palestina e intereses árabes? Si se respondiera con animosidad, debería decirse: ¿Es que los políticos y las elites árabes conocen lo suficiente la cultura y política israelí para tomar decisiones? Sinceramente, los gobernantes árabes no tienen ni idea de la vida, lenguaje o la mentalidad israelí de una manera racional. Los israelíes son inteligentes, abiertos a escuchar y aprender y han cambiado los enfoques de sus instituciones para reforzar sus intereses vitales y prioridades. Los gobernantes árabes no tienen sentido del tiempo, de la historia o de direcciones estratégicas –a menudo viven en celdas de prisiones modernas- llamadas palacios construidas con petrodólares, con dinero robado al erario público. Sus supuestos amigos en EEUU y Europa les llaman camellos adictos y gobernantes descerebrados.
John Perkins (“Confessions of an Economic Hitman”) recuerda cómo George Tenet, antiguo jefe del a CIA solía abrazar a los monarcas árabes como si fuera su amigo y compañero y ellos estaban dispuestos a hacer cualquier cosa, justa o vil, que agradara a los estadounidenses. Los árabes no tienen instituciones dedicadas a conseguir el apoyo público para cualquier causa política. Son alérgicos a escuchar y aprender de los eruditos y expertos musulmanes en asuntos globales; al contrario, contratan a especialistas de EEUU y Europa para que les aconsejen: la gente que son parte del problema, ¿cómo van a ser parte de la solución?
No hay ningún lugar racional para el encuentro de las mentes ni una oportunidad por la que uno pueda intentar conseguir que los autoritarios gobernantes árabes entiendan que han sobrepasado ya los límites de la razón y el absurdo y que es hora ya de cambiar y de hacer reformas para conseguir un cambio de rumbo. Parecen ser tan indiferentes, crueles e inconscientes en relación con los hechos de la vida; sus palacios y reinos primero, los pueblos no tienen acceso a sus agendas. El problema palestino ha vivido en la negación durante más de sesenta años. Con movimientos populares revolucionarios y muchos gobernantes autoritarios árabes en fuga, los árabes, colectivamente, están en una posición muy débil para ejercer influencia alguna sobre los acontecimientos e inminentes desarrollos que darán forma a la Resolución palestina.
No hay ninguna píldora que haga recordar los hechos de la vida humana. Hace unos veinte años, este autor ofreció un plan y una propuesta estratégica ampliamente definidos que circuló por el mundo árabe (“Towards Muslim Unity”, “Why Muslims are a Divided People?” “Approaches to Comparative Strategic Policy Planing: Muslim World and the West”), de cómo debería constituirse, organizarse y funcionar un Consejo de la Ummah (Parlamento musulmán con representantes bien preparados) que abordara las cuestiones relativas a políticas e intereses económicos, sociales y políticos, al libre comercio, a una moneda común, a movimientos libres de productos y servicios y mucho más. Imaginen si una asamblea así discutiera la cuestión de la libertad de Palestina y su voz tuviera eco y apoyara al asediado pueblo palestino, ¿no creen que el mundo les habría escuchado cuidadosamente y apreciado su valor en términos reales de cara a las posibles actuaciones? Lo habrían hecho, en efecto. La unidad de la Ummah musulmana y de un líderazgo culto e inteligencia habría cambiado la forma de desesperadas cuestiones contemporáneas. ¿No se debería cuestionar a los dirigentes autoritarios árabes y hacerles responsables por su incompetencia, traición y fracaso a la hora de proteger los intereses del pueblo árabe? Al autor le gustaría compartir una perspectiva observada hace una década (“Arab Ummah vs. Muslim Ummah, Who you were and where you are?”, MediaMonitors network, 8 mayo 2002):
- “Los observadores mundiales describen a los dirigentes árabes como compinches ‘derrotados’ que sacan provecho de las miserias inflingidas a las masas para construirse palacios e incrementar los balances de los bancos extranjeros. ¿Es posible que las partes derrotadas puedan ejercer presiones para conseguir la victoria? ¿O exigir condiciones favorables en situaciones que implican cuestiones de vida o muerte? Los israelíes de todas las tendencias son UNO y están comprometidos de forma firme y agresiva. Allah os convirtió en una ‘Ummah’ musulmana pero insistís en convertiros en una ‘Ummah’ árabe, volviendo a la edad de la ignorancia. El Islam concedió honor y éxito a los fieles creyentes. Cuando desecháis el Islam, dejáis detrás todos sus méritos y reivindicaciones. Vuestros dirigentes creen que sois un hombre y una mujer económicos, como en las culturas occidentales, que trabajan para ganar dinero, para consumir comidas grasas y disfrutar de un todoterreno. Vuestros enemigos son felices; sois los verdaderos creyentes en los estilos de vida y mitos económicos progresistas. Pero vuestros dirigentes no tienen seguidores, no tienen sentido de la responsabilidad o de la culpa. La mayor parte de los analistas políticos occidentales creen que los dirigentes árabes apenas se molestan en utilizar su cerebro; que siempre es nuevo y fresco como el de un bebé.”
- “Binyamin Netanyahu está muy cerca de devolver a Israel adonde estaba antes del acuerdo de Oslo de 1993. Existe incluso la posibilidad de que lo haga retroceder adonde estaba antes del tratado de paz de Camp David con Egipto, con el añadido desastre de que la relación con Turquía (que se estableció en 1948) habrá también desaparecido. En un país normal, un record de desastrosos fracasos como esos habría forzada la salida de Netanyahu del poder. Pero no en Israel… Lo peor es que casi todos los problemas de Israel con sus vecinos podrían resolverse poniendo fin a la ocupación. Incluso la economía saldría beneficiada si el gobierno israelí no estuviera malgastando tanto dinero en los colonos y en sus exigencias desorbitadas.”
- “El giro dado por Palestina ante la ONU ofrece la solución a prácticamente todos los problemas de Israel. El presidente Mahmoud Abbas dice que una vez que Palestina sea reconocida por el órgano internacional, reanudará las negociaciones con Israel en todas las cuestiones que dividen a las dos partes. La única diferencia será que las negociaciones se producirán entre dos estados, no entre un estado poderoso y un mendicante en espera que unas pocas migajas caigan de la mesa.
- Netanyahu está aterrado ante el voto de la ONU. Él y sus emisarios están dando la vuelta al mundo exigiendo que se vote en contra de la resolución por la estatalidad.
- Se espera que la votación tenga lugar el 20 de septiembre. Sería demasiado confiar en que EEUU haga lo que sabe que es lo correcto y vote ‘sí’ o que sea un intermediario honesto y se abstenga. Todo lo más que podemos esperar es que EEUU e Israel sean parte de una minoría muy pequeña que vote “no”. Ese tipo de voto fortalecerá a los palestinos y quizá asuste lo suficiente a Netanyahu para que empiece a negociar con un poco de buena fe. Pero si así no fuera, las Naciones Unidas habrán declarado que los palestinos son también un pueblo; un pueblo con derechos, incluido el derecho a la soberanía plena en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental. En ese momento, la suerte está echada. La ocupación está terminando, confío, antes de que Netanyahu le haga mucho más daño… a Israel.”
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