Véase también: Guerra de Biafra
En enero de 1966 hubo un intento de golpe de Estado en Nigeria, comandado por oficiales de etnia ibo, que resultó cruento y breve. En mayo y septiembre del mismo año, grupos de emigrantes ibos fueron objeto de matanzas en masa en el norte de Nigeria. La mayor parte de los 8 millones de ibos de Nigeria vivían en lo que por aquel entonces era conocido como la Región Oriental de Nigeria, que tenía como gobernador militar al teniente coronel Chukwuemeka Odumegwu Ojukwu, un ibo. Fue él quien declaró estado independiente a la región, localizando su capital en Enugu, mientras sus tropas comenzaron a confiscar recursos federales del Estado nigeriano, tales como los vehículos postales de circulación interna del país.Biafra fue reconocido por cinco países: Gabón, Haití, Costa de Marfil, Tanzania, y Zambia. Otras naciones la apoyaron de otras maneras, sin reconocerla oficialmente, como Francia, Portugal, Rhodesia y Sudáfrica, que proveyeron asistencia militar y financiera. Por su parte, Israel le suministró las armas capturadas en la Guerra de los Seis Días. Sin embargo, el apoyo clandestino de Sudáfrica (con la política del apartheid) y Portugal disuadió a más estados africanos, que de otro modo podrían haber respaldado su causa.
Inicialmente, Nigeria respondió con un bloqueo económico, pero el 6 de julio de 1967 comenzó a llevar tropas a la zona. Tras algunos éxitos iniciales por parte del nuevo Estado, tales como la ocupación de la región del oeste medio de Nigeria en julio y agosto, las tropas federales nigerianas invadieron el país e iniciaron una guerra de exterminio en la que llevaron la iniciativa y reconquistaron progresivamente el territorio, mientras las biafreñas se limitaban a contraatacar. El avance nigeriano obligó a que la capital biafreña fuera transferida de Enugu, primero a Aba, hacia finales del año a Umuahia y finalmente a Owerri en 1969.
Antes de 1970, Biafra había quedado arrasada por la guerra y necesitaba alimentos urgentemente. En medio del hundimiento económico y militar, Ojukwu huyó del país y el resto del territorio de la República fue reincorporado a Nigeria.
Se cree que el conflicto cobró la vida de entre 800.000 y 1.000.000 de personas (algunas fuentes hablan de 1.500.000), la mayoría de ellas víctimas de la hambruna y de las enfermedades.[cita requerida] El hecho de que pudiera sostenerse la guerra durante tres años, dado el nivel de subdesarrollo de ambos contendientes, sólo fue posible gracias a la internacionalización del conflicto y a la posterior intervención de las grandes potencias mundiales en apoyo de una u otra facción. La propia secesión fue alentada en gran medida por intereses extranjeros en territorio biafreño, centrados en su riqueza minera, principalmente petróleo.
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